Según cálculos del Foro Económico Mundial, la aplicación de un salario digno a nivel mundial podría generar 4.6 billones de dólares de PBI adicionales cada año gracias al aumento de la productividad y el gasto.
La discusión en torno al salario digno es algo que va y viene dentro del mundo laboral; se trata de un tema que, aunque lleva varios años en la palestra, aún genera discordancias entre quienes lo defienden y sus detractores.
Pero en la práctica, ¿qué es realmente un salario digno? La acepción más tradicional lo explica como la remuneración que recibe una persona trabajadora y cuyo monto le permite cubrir las necesidades básicas, es decir, costear alimentación, agua, vivienda, educación, salud, transporte, ropa, etcétera.
De hecho, recientemente la Organización Internacional del Trabajo acordó una definición formal de salario digno y enfatizó su importancia señalando que "son fundamentales para el desarrollo económico y para avanzar en la justicia social".
Asimismo, el organismo internacional asevera que "también desempeñan un papel esencial para reducir la pobreza, la desigualdad y garantizar una vida decente".
Hace algunas semanas el Foro Económico Mundial publicó una nota abordando este tópico y detallando qué distingue al salario digno y qué lo diferencia del sueldo mínimo.
La autora de dicho artículo, Victoria Masterson, enfatiza que las principales características entre uno y otro tienen que ver con el monto y la obligatoriedad de implementación.
"Los salarios dignos suelen ser más altos que los salarios mínimos. Además, los salarios dignos son voluntarios -los empleadores pueden elegir si los ofrecen o no-, mientras que los salarios mínimos son obligatorios por ley", expresa Masterson.
A su vez, recalca que, según cifras de Pacto Mundial de la ONU, más de 170 países tienen uno o más sueldos mínimos, pero estos, en su mayoría, no cubren la totalidad de los estándares para tener una vida digna.
"En algunos países, los salarios mínimos no se han ajustado durante décadas y siguen estando por debajo de la línea de pobreza, señala la OIT en su informe de referencia Políticas salariales, incluidos salarios dignos", añade la autora.
El artículo de Masterson también resalta que cada vez más países y empresas están mostrando un respaldo a medidas como el salario digno y es una tendencia que puede tener un mayor auge de aquí a varios años.
"La OIT afirma que se ha producido un 'fuerte aumento' del número de iniciativas en favor de un salario digno a medida que la reivindicación de este tipo de remuneraciones ha ido ganando importancia […] Muchas de ellas se han creado en respuesta a los bajos salarios habituales y a la pobreza en el trabajo", dice la autora, poniendo ejemplos como el de la la Coalición Mundial por un Salario Digno, que promueve la investigación y la acción en materia de salarios dignos en más de 50 países; o la Fundación WageIndicator, que recopila datos sobre salarios y trabajo y ha elaborado una base de datos sobre salario digno que abarca 165 países.
En ese sentido, Matserson puntualiza que el salario digno "se está convirtiendo en una prioridad para las empresas" y fundamenta su idea en las cifras del informe Salario digno: Una norma emergente, elaborado por PwC, trabajo que destaca que "una cuarta parte de los encuestados afirmaron que ya pagaban un salario digno a sus empleados en todo el mundo, mientras que el 54% dijo que tenía previsto hacerlo en los próximos cinco años".
En la edición 2023 de la reunión anual del Foro Económico Mundial se llevó a cabo una sesión titulada Un salario digno para todos, ocasión en la que se expuso que la aplicación de un salario digno a nivel mundial podría generar 4.6 billones de dólares de PBI adicionales cada año gracias al aumento de la productividad y el gasto.
Desde Desafío 10X nos hemos esforzado por llevar nuestra invitación al mundo empresarial y que puedan reducir la desigualdad a través de una política salarial basada en la dignidad y en el bienestar económico de los trabajadores.
A lo largo de los últimos casi cinco años más de 2.200 empresas en todo Chile, de manera voluntaria, han asumido el compromiso que proponemos, lo que se traduce en un impacto positivo en casi 70.000 trabajadores a nivel nacional.
Al mismo tiempo, estamos orgullosos de haber consolidado una comunidad de empresas extraordinarias y queremos que, a futuro, sean más las organizaciones del país las que asuman un compromiso salarial de este tipo con sus colaboradores.
Solo así, compartiendo de una manera más justa el valor que crean, las empresas podrán construir un legado y un aporte significativo para el país.
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