El auge tecnológico en todas las industrias abrió las puertas a una serie de ventajas para quienes poseen un dominio sólido de distintas herramientas y plataformas, pero la brecha salarial, que históricamente ha afectado a diversos grupos de la sociedad, ahora encuentra un nuevo canal de manifestación a través de las habilidades digitales.
Es evidente que el mundo laboral del presente se mueve al ritmo que los desafíos tecnológicos y digitales imponen.
En ese sentido, durante los últimos años las habilidades digitales han emergido como el factor clave para el éxito profesional, lo que se traduce en un impacto directo en los ingresos, el progreso y las oportunidades para las personas.
Este creciente auge tecnológico en todos los rubros abrió las puertas a una serie de ventajas para quienes poseen un dominio sólido de las herramientas y plataformas digitales. Pero esta revolución no es igualitaria, ya que ha exacerbado las brechas salariales y de desarrollo entre los trabajadores.
"El rápido incremento del acceso y de la conectividad a Internet ha abierto el camino al desarrollo de una economía digital a lo largo de todo el mundo. No obstante, existen grandes desigualdades que son la consecuencia de la falta de competencias digitales tanto en los países en vías de desarrollo como en los países desarrollados", resalta la Unesco.
La brecha salarial, que históricamente ha afectado a diversos grupos de la sociedad, ahora encuentra un nuevo canal de manifestación a través de las habilidades digitales.
En el mundo pospandemia que nos ha tocado vivir, el progreso profesional está muy ligado a la adquisición constante de habilidades digitales.
Se trata de un tipo de conocimiento transversal, ya que, más allá del tipo de industria, se ha vuelto indispensable para tener acceso a más y mejores oportunidades laborales.
Es por ello que las personas que han invertido tiempo en aprender habilidades de programación, análisis de datos, marketing digital o automatización de procesos están obteniendo réditos significativos.
A su vez, los líderes empresariales recompensan generosamente las capacidades tecnológicas para mejorar la eficiencia, la toma de decisiones y la innovación, lo que decanta en salarios más altos y ascensos más rápidos.
Sin embargo, la revolución digital también tiene efectos colaterales y uno de ellos es la ampliación de brechas salariales. Básicamente, aquellos que no tienen acceso a la educación digital o luchan por mantenerse al día con las últimas tendencias tecnológicas se enfrentan a la posibilidad de quedarse atrás.
Asimismo, las disparidades de ingresos entre los que poseen habilidades digitales y aquellos que carecen de ellas son palpables y preocupantes.
Una muestra de esto es lo que plantea un estudio publicado en la revista Industry & Innovation, llevado a cabo por instituciones de España y Noruega, un trabajo que señala que la digitalización ha aumentado las desigualdades existentes entre la clase media y la clase baja en Europa.
Los investigadores que formaron parte de dicho estudio analizaron 103 regiones europeas y concluyeron que, aunque en general la desigualdad parece disminuir al aumentar las habilidades digitales de la población, al analizarlo por grupos concretos, esta disminución sólo se da entre las clases media y alta.
Davide Consoli, investigador del Instituto Ingenio y uno de los autores del trabajo, señaló que "cuando hablamos de digitalización, nos referimos no sólo a que la población cuente o tenga acceso a equipos como ordenadores o móviles, sino a un conjunto de cambios más amplios, al efecto de la consolidación del paradigma digital, que comporta una manera nueva de entender el sistema de producción y distribución de bienes y servicios utilizando tecnologías y habilidades digitales".
Al mismo tiempo Consoli recalcó que "si consideramos el espectro entero –clase alta, media y baja– el efecto medio es de menor desigualdad. Sin embargo, si analizamos diferentes tramos por separado observamos dos efectos distintos: una disminución de la desigualdad entre la clase media y la alta y, por otro lado, un aumento de la desigualdad entre la clase media y la baja".
Los académicos detrás de este estudio hacen énfasis en la importancia de invertir en educación y formación para empezar a revertir la situación y así, a largo plazo, reducir las distintas brechas a través de un crecimiento económico más equitativo.
En Desafío 10X, además de hacer una invitación a las empresas a acortar las amplias diferencias que existen en materia salarial, creemos que, como parte de la sociedad, el mundo privado debe colaborar en este objetivo y brindar igualdad de oportunidades de aprendizaje y acceso a la capacitación en habilidades digitales.
Si logramos impulsar medidas que amplíen las oportunidades de formación y las empresas se abren a compartir de una manera más justa el valor que crean, sin duda nos encaminaremos hacia un futuro de más oportunidades y mejores remuneraciones para las personas.
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