Según el Banco Mundial, las brechas de género que existen actualmente podrían costarle a Latinoamérica el 14% de su PIB per cápita en las próximas tres décadas.
Durante las últimas semanas, todo el mundo está hablando de Don't Look Up, la última megaproducción de Netflix dirigida por Adam McKay.
La película retrata, de forma caricaturesca y satírica, la disputa entre la comunidad científica y el establishment político y mediático ante la inminente extinción de la humanidad a causa de un meteorito; un guiño de McKay al tema del cambio climático y el devenir de nuestra existencia.
El boom generado por el largometraje ha dado para mucho, incluso para hablar sobre brechas salariales de género.
Vanity Fair dio a conocer los sueldos de algunos de los miembros del reparto de Don't Look Up, revelando que Leonardo DiCaprio y Jennifer Lawrence, protagonistas del filme, recibieron 30 y 25 millones de dólares, respectivamente.
Esa diferencia de cinco millones hizo que la discusión sobre las remuneraciones que reciben hombres y mujeres por ejercer una misma tarea permeara las privilegiadas burbujas del mundo del espectáculo y el entretenimiento.
"En otras palabras, ella (Lawrence) ganó 83 centavos por cada dólar (de Di Caprio). Estas cifras están alineadas con los datos de la Oficina de Estadísticas Laborales que mostraron que, en 2020, los ingresos anuales de las mujeres que trabajan a tiempo completo fueron el 82,3% del recibido por los hombres", añade la revista estadounidense.
A pesar de esto, la actriz manifestó que es "afortunada y feliz" por el contrato que obtuvo para hacer esta película. "Pero en otras situaciones, lo que he visto, y estoy segura de que otras mujeres en la fuerza laboral también lo han visto, es que es extremadamente incómodo preguntar sobre la igualdad de remuneración. Si cuestionas algo que parece desigual, te dicen que no es una disparidad de género, pero tampoco te dicen qué es exactamente", afirmó respecto al tema.
Las consecuencias de la pandemia se sintieron en distintos ámbitos. Contrarrestar los efectos del Covid-19 y su rápido ritmo de contagio representó un duro golpe para la economía mundial y, sobre todo, para el mercado laboral femenino.
Según la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), la crisis que se produjo a partir de la pandemia ocasionó un retroceso de más de una década en los avances logrados en materia de participación laboral de las mujeres en la región.
Asimismo, el Banco Mundial destaca que las brechas de género que existen actualmente, tanto en materia laboral como educativa, podrían costarle a Latinoamérica el 14% de su PIB per cápita en las próximas tres décadas.
"La pandemia ha exacerbado las pérdidas de empleo para todos, pero sobre todo en las mujeres, y el reciente estudio del Banco así lo afirma", explica Ximena del Carpio, gerente de la Práctica de Pobreza y Equidad para América Latina y el Caribe del Banco Mundial.
Para ella hay tres razones que complicaron los avances en reducir las brechas de género durante los últimos dos años:
1 - Las mujeres suelen trabajar en sectores que han sido afectados por la pandemia debido a la necesidad de restringir las actividades cara a cara, como el comercio, y en ocupaciones que no se prestan fácilmente al teletrabajo.
2 - Existe una proporción alta de mujeres trabajando por cuenta propia y en el sector informal, es decir, en condiciones de trabajo vulnerables y que tampoco se prestan al trabajo remoto.
3 - Las normas sociales de la región, que todavía ponen a la mujer en el centro de las labores del hogar, las cuales han aumentado con el cierre de las escuelas y el cuidado de otros miembros familiares a costa del tiempo dedicado a otras actividades.
El inicio de un nuevo año viene acompañado de metas, objetivos y propósitos por cumplir durante los próximos meses.
Aunque hay elementos que no pueden pasar desapercibidos, tales como la arremetida inflacionaria sufrida por la región (y que marcará parte de las decisiones a tomar en materia económica este 2022), tenemos ante nosotros la oportunidad de empezar a remontar los escenarios adversos de la pandemia y transitar una senda que conduzca hacia una mejor sociedad.
Hace algunos días la Unión Europea presentó un proyecto que contempla medidas para reducir la brecha salarial entre hombres y mujeres por realizar un mismo trabajo. De ser consensuada con la Eurocámara, la norma establecería que "los empleadores deben asegurarse de que sus empleados tengan acceso a los criterios utilizados para definir su remuneración y su progresión profesional, criterios que deben ser 'objetivos y neutrales en cuanto al género'", explica la nota de EFE.
También es relevante que este año más mujeres puedan incursionar en el mundo STEM (Science, Technology, Engineering and Mathematics, por sus siglas en inglés), ya que es un sector con una alta demanda de profesionales y con remuneraciones que encabezan las listas de carreras mejores pagadas.
En ese orden, la ya mencionada Ximena del Carpio detalla que la reactivación y la recuperación económica pasa por tener en cuenta las barreras que las mujeres enfrentan en el mercado laboral.
"Primero, debemos enfatizar la importancia de que las mujeres sean incluidas en los procesos de planificación y toma de decisiones. Esto es clave para la economía, la sociedad y las familias. Segundo, se deben impulsar políticas que ayuden a promover la equidad de género de forma sostenible. Un caso concreto, por ejemplo, es aliviar el incremento en responsabilidades del hogar que recae sobre las mujeres y evitar que este incremento sea permanente. También se pueden garantizar o extender los servicios alternativos de cuidado a menores y otros miembros del hogar. Por otro lado, al momento de reactivar las economías debe tenerse en cuenta las barreras que enfrentan las mujeres en el mercado laboral. Una parte de esto es crear oportunidades para que las mujeres puedan participar satisfactoriamente y empezar negocios en sectores y profesiones tradicionalmente masculinas", puntualiza la gerente de la Práctica de Pobreza y Equidad para América Latina y el Caribe del Banco Mundial.
El repunte económico que perseguimos en este 2022 no se puede hacer sin considerar temas como la brecha de género y la desigualdad salarial. Son asuntos cruciales para Latinoamérica y el mundo entero.
En Desafío 10X seguiremos poniendo dichos temas sobre la mesa de discusión e instaremos a más organizaciones a que se sumen a nuestro llamado. Insistiremos en el mensaje que nos ha caracterizado desde el principio de la iniciativa: somos un grupo de empresas extraordinarias que, de manera voluntaria, invitamos a asumir un compromiso que nos permita compartir de mejor manera el valor que creamos y hacer de Chile un país más justo y equitativo.
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