Buscar oportunidades en el error es una buena estrategia para fomentar el aprendizaje y la creatividad dentro de los equipos de trabajo. Aquí te contamos tres puntos claves para lograrlo en tu empresa.
Errar es humano y el entorno del trabajo no se salva de fallas y contratiempos. Todos nos equivocamos y cometemos errores y no una, sino que un montón de veces a lo largo de la vida laboral. Lo importante, y aunque suene cliché, es aprender de ellos. Sobre todo, preocuparse de instaurar esa cultura de aprendizaje dentro la empresa, para evitar que se repitan y para transformar los errores e incidentes en una oportunidad para avanzar.
El profesor de Liderazgo y director de Investigación de Postgrado en el Departamento de Liderazgo, Organizaciones y Comportamiento de la Henley Business School, Benjamin Laker, explica en MIT Sloan Management Review que, si se reconoce que los errores son inevitables, y las empresas permiten a los colaboradores experimentar y asumir riesgos sin miedo a ser castigados o a pasar vergüenza, los empleados tendrán más oportunidades de resolver problemas de forma creativa, de colaborar y de innovar.
Entonces si creamos espacios libres del miedo a equivocarse, por las repercusiones que eso puede significar, estaremos alentando a nuestros equipos a salir de su zona de confort y, por lo tanto, a “aprender de sus experiencias y desarrollar soluciones innovadoras que ayuden a impulsar a la organización hacia adelante”, dice Laker.
Pero, ¿cómo lograr una cultura aceptación del error sin que, en buen chileno, se chacree la cosa? Aquí te contamos cuáles son los consejos que entrega el profesor Benjamin Laker en MIT Sloan Management Review.
Laker dice que, desde el punto de vista cultural, es preferible que las empresas alienten en sus empleados a intentar cosas nuevas y asumir riesgos, incluso si existe la posibilidad de fracasar, en lugar de evitar los errores o equivocaciones a toda costa.
Advierte que lo que sí es importante, es estar preparados y tener la agilidad necesaria para que, en el caso de que ocurra un incidente, los equipos estén capacitados para resolverlo oportunamente.
Aceptar el error y el fracaso dentro de la empresa y verlo como una parte inevitable de avanzar hacia la innovación y la creatividad, promueve un entorno de crecimiento y aprendizaje, lo que “puede incentivar a los empleados a probar cosas nuevas, aprender nuevas habilidades y comprometerse más con su trabajo”, indica.
Es común que dentro de las empresas existan ciertas tareas que solo las sabe hacer una persona y sobre esto, Laker dice que se puede transformar en algo peligroso. ¿Qué ocurre si justo ese trabajador no está disponible en el minuto en el que se necesita solucionar un problema?
Entonces, lo ideal sería no depender de un solo empleado frente a una eventualidad. “Los líderes de las empresas deben asegurarse de que los miembros de sus equipos tengan las herramientas, las plantillas y los procesos adecuados para compartir fácilmente la información con sus compañeros de equipo”, dice Laker.
Fomentar el compartir conocimientos es una práctica que permitirá a los colaboradores estar mejor preparados para solucionar e incluso advertir problemas. Algunas de las ideas que menciona Laker para lograrlo son: documentar los procesos, crear un presupuesto educativo para la capacitación, hacer grabaciones explicativas de ciertos procesos o sobre cómo usar distintos softwares, etc.
Para que esta cultura de aceptar el error funcione, es necesario que los líderes inspiren confianza para que, si eventualmente ocurre uno, los colaboradores tengan la tranquilidad de poder contarlo y proponer soluciones sin miedo a castigos o represalias.
Lo que se recomienda en este sentido es que después de un incidente, las revisiones vayan por el camino del aprendizaje. Esto permitirá a las organizaciones “mejorar, crecer y alcanzar sus metas y objetivos de forma continua a través de estas lecciones aprendidas”, asegura Laker.
La idea es que los empleados puedan informar errores sin temor a repercusiones, esto ayudará que, si alguien nota que algo que podría ocasionar un problema en el futuro, se atreva a decirlo.
Este enfoque de aceptar que ciertos errores son inevitables y que incluso pueden servir para aprender, según Laker, genera confianza dentro del equipo y puede conducir a una mejor comunicación para identificar riesgos y abordarlos a tiempo. Aunque obviamente, siempre el objetivo debe ser que los equipos trabajen juntos para identificar y abordar los potenciales riesgos, antes de que estos ocurran y se genere un problema más importante.
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